domingo, 23 de septiembre de 2012

Sexo, Género y Orientación sexual. Una contribución crítica para la polémica

Diferencias: la anchura de hombros es un rasgo de sexo. La falda lo es de género

Para criticar los excesos del "feminismo de género" no es necesario negar validez a un concepto útil y certero como lo es el concepto de 'género'. Al contrario. Es imprescindible hacer uso del mismo para evitar excesos e injusticias de un lado y del otro.

Los seres humanos son biológicamente sexuados: varones y mujeres. Pero tienen cultura, que no viene en los genes. La cultura no es algo exclusivo del ser humano, pues otros animales aprenden también muchos de sus comportamientos. Sin embargo, la cultura humana es de un nivel incomparable con el de otras especies. Incluso es lo que realmente nos distancia de los chimpancés, con quienes compartimos el 99% de los genes. O lo que diferencia a un Cro-Magnon de un humano actual... Una enormidad (aunque sea sólo cultural).
 
Pues bien, la cultura humana ha venido estableciendo desde siempre distinciones en los comportamientos de las personas en función de su sexo. A los varones se les encomendaban unas tareas y a las mujeres, otras. Los varones debían irse a cazar (o a guerrear) y las mujeres debían ponerse a recolectar, entre otras innumerables diferencias de comportamiento culturalmente establecidas (¿o es que va escrito en algún gen ponerse a cazar y no ponerse a recolectar?). A esas diferencias en el comportamiento impuestas por la CULTURA en función del sexo (sin que haya nada escrito en los genes sexuales al respecto) se las llama hoy diferencias de "género", precisamente para que quede claro que no son realmente diferencias debidas al sexo, sino impuestas por una cultura sexista (que lo es precisamente por empecinarse en distinguir a las personas por su sexo más allá de lo que el sexo determina genéticamente).
Por otra parte, resulta muy interesante que esas diferencias culturalmente establecidas hayan terminado, en algunos casos, por convertirse a la larga en factores de selección darwiniana que han influido en la evolución de la especie traduciéndose en diferencias sexuales... Las diferencias de género ("tú, a cazar", "tú, a recolectar"), se han traducido en diferencias de sexo: los varones, con 'vista de túnel'; las mujeres, con 'vista de abanico' (pincha y lee este artículo de prensa). 

A menudo se ataca al concepto de género diciendo que "las personas no tienen género, sino sexo", o que "en castellano el género es un accidente gramatical y nada más". Ciertamente, no se trata de que las personas "tengan género". En todo caso, lo pretenden "tener" quienes quieren a toda costa que su comportamiento y el de los demás se ajuste a lo que la CULTURA impone como "masculino" o "femenino" sin que haya en realidad ninguna determinación SEXUAL (biológica/genética) que establezca que han de comportarse así. Las personas libres, sin embargo, NO TIENEN GÉNERO (y hacen muy bien en librarse de tenerlo). Cuando se dice, por ejemplo, que llevar faldas es algo "femenino", no se está hablando de "sexo" (¿acaso va en un gen llevar puestas unas faldas o no llevarlas?), sino de otra cosa. Ahí se aplica el término "femenino" a algo que nada tiene que ver con genes sexuales. Tiene que ver con formas de comportamiento diferentes en función del sexo e impuestas por razones CULTURALES sexistas. Llevar faldas es sin duda un rasgo cultural de "género" FEMENINO en nuestra cultura. Y no es un rasgo de "sexo" FEMENINO.
Pretender que el concepto de "género" ha de restringirse a su definición "gramatical" tradicional y negar la utilidad del concepto de género desarrollado -aunque no pocas veces de un modo acrítico e inconsistente- por el feminismo (cuya literatura al respecto es millonaria en ediciones) es tanto como negarse a ver la realidad lingüística del castellano (algo que la RAE no puede permitirse hacer) y caer en el exceso de pensar que es una basura inconsistente TODO lo que el oponente dice (simplemente porque se trata de un oponente)... Sin duda, desde el feminismo de género se dicen muchas estupideces (a menudo por parte de personas que ignoran de lo que hablan), pero el concepto de género no tiene por qué utilizarse de un modo excesivo o fuera de lugar. Y entonces es un concepto perfectamente válido, oportuno, necesario y muy útil.
 
La lengua inglesa es utilizada por personas documentadas y por personas menos documentadas (también por ignorantes), igual que ocurre con el castellano. Cuando se dice (se dice a menudo) que en inglés se identifican los términos 'sex' y 'gender' y que una traducción errónea explica el mal uso de esas palabras en español, se dice porque hay gente anglohablante que, efectivamente, usa esos términos indistintamente (mal hecho, teniendo en cuenta que la distinción entre género y sexo tiene su origen en el idioma inglés...). Yo mismo he leído en documentos en inglés del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) cómo se decía que estaban introduciendo un criterio de "género" para determinar el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de un país y, a la hora de la verdad, se estaba introduciendo en realidad un criterio de sexo (cómo vivían las personas de sexo femenino, las mujeres, respecto a los varones). Que sus diferencias respecto a la vida de los varones se debieran a factores culturales (de género) se daba por descontado. Las palabras "género" y "mujeres" eran finalmente sinónimos (¿?). Incluso era un criterio para medir al alza el desarrollo humano de un país que las mujeres tuvieran al menos siete años de esperanza de vida más que los varones. Si la diferencia era de ocho años, por ejemplo, ello era un signo positivo de desarrollo humano... Si vivían sólo seis años más, ello indicaba que en ese país el Desarrollo Humano iba mal desde el criterio de género... A partir de datos estadísticos no sometidos a análisis crítico desde el punto de vista de género (diferentes hábitos culturales en función del sexo), se daba por sentado que los hombres vivían siete años menos por razón de su sexo (se suponía en todos los casos que las circunstancias ambientales, culturales, siempre eran favorables para ellos, y de ahí que donde vivieran ocho años menos que las mujeres se interpretase que las mujeres estaban en condiciones de una mayor "igualdad"). Las únicas desigualdades a tener en cuenta eran las que afectasen a personas de sexo femenino (cayendo incluso en aberraciones como la mencionada). Pero ocurre que ese uso indiscriminado de los términos 'gender' y 'sex' (e incluso 'women') es inadecuado también en inglés, sencillamente porque confunde los conceptos... La distinción entre "género" y "sexo" en castellano no es el resultado de una mala traducción del inglés, sino que es una distinción que sobrevive (afortunadamente) a los errores que algunos anglohablantes cometen... y que cometen también los hispanohablantes que no tienen clara la diferencia entre el "sexo" y el "género" y no hacen más que confundir al personal. El concepto de género que he descrito antes ha sido definido por autoras fundamentalmente anglohablantes, precisamente... Y su objetivo es, como he dicho, distinguir lo que es "sex" de lo que es "gender". 

 A veces leemos, incluso en la legislación, expresiones como "identidad de género"... ¿Quién puede estar en su sano juicio y desear tener una identidad de género teniendo en cuenta que eso le impediría ser libre en su comportamiento pudiendo serlo? Una identidad sexual (varón o mujer) nos viene determinada con mayor o menor claridad (hay casos intersexuales menos definidos). Pero, ¿identidad de "género"? No, gracias. No más imposiciones culturales en función del sexo de las personas.
Hay quien se sorprende cuando se habla de "imposiciones" culturales... Pero seamos serios (lo que no excluye reírse un poco): yo mañana no voy a salir con faldas a la calle... Y no voy a hacerlo porque vivo en un pueblecito, porque me iban a mirar así como si fuera rarito y tal... En fin, que no voy a hacerlo porque me siento coaccionado para no hacerlo. No tengo ganas de malos rollos ni de estar en boca de la gente o tener que dar explicaciones. Esa es la respuesta seria y la verdad.
Faltaría a la verdad si dijera que esa costumbre cultural la sigo (y mañana lo voy a hacer con seguridad) porque vea razones estéticas o de cualquier otra clase para no ponerme una falda si me apetece. Simplemente, soy consciente de la presión social que se impone sobre mí, como varón, para no hacer eso. Por ejemplo, en seguida alguien estaría pensando al verme que, dado que no estamos en Carnaval, o bien soy un excéntrico con unas ganas inadecuadas de llamar la atención o, probablemente, soy afeminado (algo marcado por la cultura sexista de forma negativa, por supuesto)... Y no sólo afeminado en el sentido obvio de no ser un hombre muy masculino, es decir, sin rastro de rasgos considerados culturalmente femeninos (como lo es vestirse con faldas), o sea, rasgos de comportamiento que está establecido (culturalmente) que sólo han de aparecer en personas de sexo femenino (por eso afeminado), sino que incluso algunos pensarían que ese desliz "afeminado" probablemente indicaría una orientación sexual homosexual... ¿Me equivoco? No. En absoluto... Obviamente, yo puedo ponerme faldas sin ser afeminado en ningún otro rasgo cultural al uso y sin ser homosexual en absoluto. Pero eso no iba a evitarme molestias en la calle, así que me las ahorro sometiéndome a esa imposición cultural.
Por supuesto, aunque hoy ya no es culturalmente de recibo menospreciar públicamente a los homosexuales como era habitual hasta hace bien poco, esa marca sigue teniendo un carácter negativo, sobre todo si uno no es homosexual y no le apetece ser sospechoso de serlo. Creo que he mostrado un ejemplo de cómo la cultura sexista "impone" (vaya si los impone) ciertos comportamientos de "género" masculino o femenino a las personas en función del sexo que tengan. La libertad exige de nosotros enfrentarnos a esa clase de imposiciones absurdas, pero qué duda cabe que nos cuesta hacerlo. ¿Cuántos hombres se ven por la calle con vestuario calificable como "femenino"? Hummm... Las mujeres ya se visten de la forma tradicionalmente masculina si les place, claro que el cambio en el vestuario masculino es más complicado que ponerse una chaqueta oscura con corbata y un pantalón: significa entrar en el mundo del 'color' y la seducción estética... Se abre un mundo de competitividad estética (tradicionalmente femenina) que no casa bien con personas a las que se exige resolver la competencia violentamente llegado el caso (los hombres)... Mejor no meterse en el charco de llamar la atención, parece pensarse... Un tipo así ha de ser un chulo excéntrico o un 'maricón'... Ahí parece que andamos...

El colmo de la imposición cultural sexista lo tenemos cuando alguien con un sexo bien definido cree (y a eso lo llama haber nacido en un cuerpo equivocado) que para comportarse como la cultura ha establecido que sólo lo han de hacer las mujeres (por ejemplo), un hombre ha de operarse los genitales, ponerse silicona y hormonarse... Eso ya es patético... Obviamente todo eso es innecesario. Basta con que se comporte como le plazca, ya que a nadie hace daño... Y no sólo es innecesario, sino que es inútil... Porque si su sexo estaba bien definido seguirá siendo un hombre (en nuestro ejemplo) genéticamente y en innumerables rasgos de sexo. Sólo tiene la "apariencia" de ser una mujer. Hasta es posible que, 'ayudado' por quienes le animan a operarse, acabe por perder por el camino su capacidad para el placer sexual gracias a los nervios destrozados por el bisturí... Patético, ya digo... Es la sumisión más absoluta que cabe imaginar ante el sexismo cultural. "Me cortaré los genitales para que me dejéis en paz"... Por supuesto, no pretendo generalizar en este punto y sé que hay una gran diversidad de casos en el mundo de los transexuales, entre los que me gustaría dignificar a las personas intersexuales, cuyos rasgos biológicos sexuales (genéticos, hormonales o genitales) no están definidos de un modo perfectamente claro como le gusta imponer a la cultura sexista. Estas personas, forzadas por la cultura sexista a identificarse sexualmente como mujeres o varones bien definidos son fáciles presas de los aficionados al escalpelo, y dejan a menudo su capacidad para el placer sexual en el quirófano. Estoy hablando de eso que suele llamarse el "tercer sexo", personas de sexo difuso o indefinido. Algunos hablan incluso de cinco sexos, distinguiendo entre los intersexuales a los que acaso tienen alguna mayor definición en un sentido u otro. En todo caso, nada tiene esto que ver con la "orientación sexual": heterosexual, homosexual, bisexual... No hay que confundir las cosas... Quiero recordar que una persona puede ser, por ejemplo, muy masculina en su comportamiento, en el sentido cultural sexista tradicional, y ello con independencia de su sexo (hay mujeres que se comportan así, lo mismo que hay varones muy afeminados, según el criterio cultural al uso), y también esa persona puede ser muy masculina  con independencia de su orientación sexual (hay homosexuales nada afeminados en su comportamiento general, al margen de que su objeto de deseo sexual sea el que el que se esperaría más bien de una mujer y, por ello, el considerado femenino). Son tres cosas que no van necesariamente de la mano: identidad sexual (biológica), identidad de género (cultural) y orientación sexual (inclinaciones en su sexualidad). Si la cultura sexista todo lo reducía al sexo biológico, que ya le deparaba a uno un comportamiento determinado culturalmente (género) y una orientación sexual destinada a la procreación biológica (heterosexual), la teoría 'queer' todo lo explica desde la construcción social del género (no sólo la orientación sexual, sino incluso la identidad sexual). La teoría 'queer' da cuenta de la complejidad del tema, pero a costa de ningunear la biología.  Y eso tampoco es buena idea. No parece razonable pensar que los seres humanos tengan un sexo que les permite reproducirse a causa de una construcción social que no puede ser previa a la propia existencia de esos seres humanos, que existen porque son sexuados y así son capaces de reproducirse... Además, respecto a la orientación sexual, si bien no está definitivamente probado que tenga una exclusiva determinación biológica (aunque hay estudios que lo apoyan), como prefiere sostener la cultura sexista defensora de una heterosexualidad "natural" (siendo entonces la homosexualidad una enfermedad física o, en términos más contemporáneos, una inclinación natural minoritaria -'desviada' de la norma natural, pero no 'antinatural', al fin-), tampoco está nada claro que el impulso sexual carezca de una orientación biológica (no necesariamente heterosexual) y haya de ser el resultado de una construcción social que, de permitir a los individuos una libertad plena, daría como resultado un equilibrio estadístico entre las tendencias, como pretende la teoría 'queer'. Es perfectamente plausible que haya factores biológicos que, por una elemental ventaja reproductiva, hayan entrado a formar parte de nuestro genoma con la evolución dirigiendo nuestro impulso sexual (generalmente, pero no necesariamente, pues la homosexualidad o la bisexualidad tienen presencia entre múltiples especies animales, entre ellas la humana) y que, sin embargo, ello no signifique que las expectativas sociales, las experiencias sexuales individuales y las decisiones personales no tengan ningún papel en la sexualidad de unos seres que, entonces, dejarían de ser humanos para ser autómatas.

Me viene a la cabeza el caso de un individuo transexual (tenía identidad sexual de varón y decidió cambiarla para ser mujer) que mientras era hombre era heterosexual (le gustaban las mujeres). Luego, al adquirir la identidad sexual de mujer, pasó, sin cambiar su orientación sexual, a ser una mujer lesbiana...Puede que en realidad siguiera siendo un hombre, sin matriz y con par cromosómico XY (por más que se hormonase y aparentase ser una mujer), en cuyo caso estaríamos ante un hombre heterosexual que vivía como mujer lesbiana. O puede que nunca fuera enteramente ni varón ni mujer (si tenía rasgos biológicos intersexuales, cosa que nunca trascendió). Pero su orientación sexual pasó, en cualquier caso, de heterosexual a homosexual. Y ello por una mera formalidad social, pues su inclinación sexual siempre fue la misma. Si era un caso de identidad intersexual, ¿qué habría pasado si el médico -en el nacimiento-, o sus padres -después-, o el propio sujeto -al sacarse el DNI-, hubieran dicho "niña"o "mujer" en lugar de "niño" o "varón", apremiados a decidir sin remisión algo que no estaba claro?... Pues que tal vez nuestro sujeto siempre hubiera sido una mujer lesbiana, y ello de nuevo por una formalidad social, pues ya se ve que vivió durante años como un varón heterosexual porque la cosa no estaba biológicamente clara y la inevitable formalidad social de nuestra cultura sexista (una persona ha de ser varón o mujer) determinó que se calificase su orientación sexual de un modo completamente distinto pese a ser exactamente la misma.

Las cosas son casi siempre complejas. Ni blancas ni negras... El feminismo de género es una ideología (insufriblemente acrítica e interesada), y por tanto hay que tomar su discurso con precaución y criticando sus excesos (hoy desbocados, debido al poder que se les ha dado) una vez localizados; pero eso no significa que todo lo que digan desde ese lado sea necesariamente basura (como no es basura tampoco todo lo que corresponde al marxismo, denostado por algunos críticos del feminazismo con igual fiereza que éste: ahí está el materialismo histórico como instrumento de análisis incomparable...). Una actitud así sería igualmente acrítica e interesada (como lo es la ideología capitalista neoliberal, por cierto...).

A mi juicio, el concepto de género tiene usos básicos útiles para el análisis que ningún otro concepto puede sustituir en este momento. ¿Qué significa decir que llevar falda es "femenino" o que llevar el pelo cortado al uno es "masculino"? "Femenino", "masculino"... Evidentemente, no estoy hablando de "accidentes gramaticales"... ¿Son rasgos de "sexo" en los ejemplos mencionados? La BIOLOGÍA no puede explicar esos ejemplos por sí sola. Entonces tenemos que buscar una categoría CULTURAL donde incluir las palabras "masculino" y femenino" (que es obvio que se usan en esos ejemplos) para calificar así esos comportamientos que son característicos de las personas de un determinado sexo por razones culturales. Y esa categoría (concepto) es el concepto de "género", que se ha acuñado con ese sentido porque era un concepto necesario.

La crítica de fondo a la ley integral contra la "violencia de género" ha de hacerse precisamente desde el manejo del concepto de género. Nada menos... Llevo años haciéndolo así tanto en este blog (casi en cada post) como fuera de él. Esa critica estriba en que la ley utiliza el término "género" sólo en su nombre, pues en realidad establece una desigualdad ante la ley por razón de sexo desde el mismo momento en que en su artículo 1.1 define la "violencia de género" así:
  • 1.1 La presente Ley tiene por objeto actuar contra la violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia.
 Por tanto, se define la "violencia de género" como la que ejercen los hombres (sexo) sobre las mujeres (sexo) que son o han sido su pareja, presuponiéndose en todos los casos que esa violencia es la expresión de una dominación y situación de desigualdad que tiene sus orígenes en nuestro pasado culturalmente machista (género); una dominación machista que se presupone acontece en todos los casos y por eso es innecesario probarla ante el tribunal. El asunto de "género" queda, pues, ajeno a los tribunales y allí sólo ha de mirarse el DNI de las personas para constatar su identidad sexual. Los varones reciben un trato y las mujeres, otro... Y ya sabemos quién es el discriminado ante la ley por razón de su sexo en este caso y quién ve vulnerado, por ello, su derecho a la presunción de inocencia.

¿Que qué hago en este barrio? -eso me ha preguntado un compañero de fatigas antifeminazi contrario al uso del concepto de género. 
Lo que hago en este barrio es intentar tener una actitud crítica (dispuesto a rectificar si se ofrecen argumentos razonables) y poner mi granito de arena para que haya justicia en un asunto, éste, en el que sé de primera mano que no la hay... Seguiré por aquí.

[Este post tiene su origen en una polémica surgida en facebook a raíz de algunos comentarios al artículo de prensa que aparece en este enlace]

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